Rhyheim Shabazz se folla a Patrick Dei sin condón bajo el sol y la ducha con su larga y enorme polla | Tim Tales
En la terraza del chalet, a las afueras de la ciudad, bajo un sol que calentaba la tierra más de cuarenta grados, el único ruido que rompía el silencio era el agua cayendo de la ducha después de pasar porlos cuerpos desnudos de Rhyheim Shabazz y Patrick Dei, que completamente cachondos, se daban el lote.
Rhy cogía en volandas a Patrick, que estaba encantado de que un macho negrazo tan varonil y fuerte le levantara entre sus brazos. Acopló las piernas enganchándolas a cada lado de sus caderas y se dejó caer un poco con intención, sintiendo un rabo caliente y larguísimo rozándole toda la raja del culo.
No era Luke Cage, pero casi, digamos que su versión más delgada y cuando Patrick veía la serie de Netflix no había negraco al que no desnudara con su mente. Gozaba con esos torsos desnudos y omnipotentes y en un periquete les bajaba a todos los pantalones con la mente para decubrir esas largas pichas gigantes y bailongas que se les meneaban entre las piernas.
La de Rhy era jodidamente larga y enorme, todo lo que un hombre pudiera desear en sus más ínitimas fantasías. Por norma, al ver algo tan grande se la hubiera comido a trangullones sin esperar ni un segundo más, pero la visión de esa polla tan perfecta y masculina totalmente empalmada, bien merecía un tributo y unas bendiciones antes de catarla. Miró la forma curvadita hacia arriba en que apuntaba hacia su cara, levantó la cabeza sonriendo a Rhy, buscando su bendición, Rhy le sonrió sabiendo lo que estaba pensando y lo feliz que le hacía un pito tan grande y le invitó a comerle todo el pollote.
Tenía picha para mamar hasta atragantarse y eso para Patrick, que era un mamador de pro, era como un buffet libre. Con la entrada del ojete completamente sudada, se puso a cuatro patas y no hizo falta nada que lubricara el camino de ese pollón hacia el interior de su cuerpo. Primero se lo folló bajo el sol abrasador y después buscaron el fresquito jodiendo bajo el agua de la ducha.
Lo disfrutó de lo lindo cuando Rhy abarcó su culazo atrapándolo entre sus piernas y se lo folló como a un perro, metiéndole la mandinga hasta las anginas, con la pedazo polla gigantesca rebanando todo su agujero, sumergiéndose dentro de su culo y pegándole una buena cachimba con las pelotas. Hacía calor, tenía sed. Rhy se pajeó el rabo sobre su cara y le pringó con lechita dulce en los morros.