Marc Ruffalo y Claude Sorel intiman en pelotas en la piscina privada | Bel Ami Online
Los juncos que rodean la piscina privada del chalé ocultan lo que más de un mirón desde la playa querría ver. A quién no le gustaría acercarse agazapado y mirar por entre las rendijas para saber qué hacen esos dos pibones que acabas de ver en la distancia. Marc Ruffalo siente que su polla es como un imán. La tiene larga y dormidita, pero cuando Claude Sorel se le acerca, la muy puta empieza a despertar y la piel que antes recubría con comodidad su capullo, empieza a ceder y a replegarse.
Sorel lo hace a posta buscando guerra. Quiere que ese santo varón tan guapo le folle por detrás. Marc intenta contener el tipo. Su rabo es una máquina de la verdad que no miente cuando ese guaperas se acerca demasiado y le relame el cuello.
Ha ocurrido. Le ha crecido demasiado y sin darse cuenta la punta de su polla está tocando el rabo de Claude, que ahora le mira fijamente. No aparta la mirada mientras va agachándose. Coloca la cabeza justo delante de su rabo, sin dejar de mirar hacia arriba, saca la lengua y con ella le mete un repaso a la herramienta. Sorel se levanta de nuevo y empiezan un peligroso juego de acercamiento, dejando que las dos putas pollas sufran aplastadas por el acercamiento de sus cuerpos, una resbalando por el torso y la otra colándose por debajo de los huevos del otro. Aquí va a rodar leche por el suelo y la lástima es que nosotros estamos detrás de los juncos todavía, babeando.
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