
Koldo Goran empala el culazo tragón de Chucho Martin a pelo y le da biberón | Tim Tales
Chucho continuó bajando por el cuerpo y le cogió la polla con la mano. Era tan sumamente gorda que no podía juntar el pulgar con el dedo medio. Se la metió dentro de la boca y tras la primera calada se la sacó sonriendo. El muy cabrón, con lo guapísimo que era y encima con aquella butifarra sobre la jeta a punto de ser ingerida de nuevo. Entraban ganas de regalarle toda la leche de las pelotas, pero ese momento ya llegaría. Y llegaría, creedme.
Merecía la pena aguantar las ganas por ver a un tio tan guapo mamando y pajeando rabo, llenándose los carrillos, dándole a la lengua, abriendo la boca de par en par, tragando como un condenado, relamiendo la barra de arriba a abajo y succionando las pelotas. No hacía falta nada más que la saliva de su boquita para lubricar el rabo que estaba a punto de colarse por su trasero.
Su postura favorita, a cuatro patas como un buen perro. Koldo se puso de rodillas detrás de él y le enchufó la polla de cabo a rabo por el culo a la primera. Menudo culazo tenía el chavalote, un pozo sin fondo que se lo tragaba todo. Entraba tan holgada que Koldo se permitió el lujo de bombardearle el culo a pollazos y taladrárselo desde arriba a costa de que le doliesen los cojones.
La cara de Chucho era todo un menú de sensaciones. Empotrado por esa gigantesca polla, pasaba de morderse el puño a sonreir de gusto, para después hacer una mueca de dolor y volver a morder el reposabrazos del sofá, caía de bruces empalado por la polla y se volvía a levantar, todo esto con el dulce sonido de fondo de unas pelotas chocando contra sus nalgas una y otra vez.
Lo bueno de que un ojete y un rabo se hagan muy amigos, es que cuando ya se conocen lo suficiente, pueden hacer cosas maravillosas. Después de follárselo boca arriba y ver la hermosa carita de Chucho suplicando más rabo, Koldo sacó su lado imaginativo y uso el culazo de recipiente para batir ese ojal con su pollón. Como un mortero, se lo machacó de arriba a abajo y en cada embestida su polla entraba y salía entera, pegando el machaque final con una buena huevada.
Koldo se sentó a cuerpo de rey en el sofá y Chucho fue dejando caer el culo en una sentadilla, agarrando por detrás la polla con la mano para conducirla a su estimado agujero. Como la muy zorra estaba algo torcida de lo larga que era, el cipote se topó antes con su cachete que con la raja, pero finalmente condujo el capullo a la entrada y se sentó sobre las piernas de su follador con todo clavado dentro.
Se quedaron cara a cara, casi desafiándose a ver quién daba más fuerte, Chucho pajeándole la polla a lo bestia o Koldo culeando desde abajo. Koldo arremetió con la última oleada mirando fijamente la cara de Chucho mientras notaba los huevos bien cargados. Entonces, cuando le sobrevino el gustillo, no dudó en sacar el churro, empezar a pajear con fuerza mientras lo dirigía hacia su cara y llegó a tiempo.
El primer lefote le cayó directo dentro de la boca, el segundo le pegó un baño dental y le rellenó el labio superior. Le estaba dejando la cara tan sucia y le gustaba tanto, que Koldo se vino arriba y le cruzó la cara con un lefazo largo que se estampó contra el cabecero del sofá y a su paso le dejó la gomina en el pelo. Tras el último lechazo en el bigote, le metió la jugosa polla corrida en la boca.
Chucho cerró los labios en torno al pollón de leche y degustó el caldo de macho. Jugueteó con la lefa dentro de su boca mientras sus labios y su barbilla quedaban manchados de blanco a medida que el semen rebosaba hacia afuera. Guapísimo, azotado en la cara por una polla corrida, sonriendo con toda la lefa encima. Toma toda mi leche cabrón.
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