Gunner y Sean Maygers se comen las pollas y se follan sin condón el uno al otro | Next Door

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Oye, pues que Sean Maygers se estaba alegrando la vista cuando él y su colega se fueron al cuarto de baño a compartir ducha y bañera. Ya había visto antes a Gunner desnudo en el gym, pero será porque estaba tan a gustito en el agua caliente y estaba con la mirada justo a tiro de su entrepierna, que por primera vez se fijó en su culito y su rabo.

Al darse la vuelta, Gunner se dio cuenta y le preguntó qué miraba. Como los dos ya se conocían bastante bien y no disimulaban nada, Sean le miró a la polla y sonrió para dejarle claro lo que miraba tan atentamente. Gunner no le hizo mucho caso, porque era normal entre tios mirarse los rabos, él también lo hacía siempre. Se metió en la bañera a lo loco desplazando el agua fuera y salieron bien limpitos.

Lo que le puso una mosca detrás de la oreja a Gunner es que, mientras que él salía del agua con el rabo flácido, su colega la tenía morcillona. «¿Es que te gusta comer rabos?«, le preguntó directamente. Fueron hacia la cama y Sean demostró a Gunner lo mucho que le gustaba devorar rabos tan gordos y cabezones como el suyo.

Lo mejor es que Gunner se puso cachondón y también terminó comiendo polla, porque cuando el cimbrel de su amigo se puso completamente duro, era imposible no desearlo. Fueron más allá de unas simples mamadas y, como no habían previsto que nada de eso pudiera suceder, no tenían condones en los bolsillos, así que se follaron el uno al otro a pelo.

Gunner notó que su colega estaba acostumbrado a montar como un vaquero. Menudos saltos pegaba el cabrón clavándose toda la polla dentro. Gunner miraba fijamente la zona de follada mientras se daba el gusto de agarrar la polla de su colega y pajearla a la vez. Cuando llegó su turno, Gunner prefirió a cuatro patas, todavía le daba vergüenza que su amigo le mirara a la cara mientras metía un buen pedazo de su ser dentro de él.

Se puso a tope cuando notó por detrás de él los gemidos de Sean cerca de su oreja y su lengua relamiendo la espalda. Cogió confianza, se dio la vuelta y observó cómo su amigo se lo follaba con ganas antes de sacarle la polla del culo y dejarle los chorrazos de semen encima del torso. Ahora iban a necesitar otra ducha.

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