Ethan Metz y Tim Kruger rellenan el culo de Joaquin Santana con doble polla gigante a pelo y se corren en su cara | Tim Tales
Joaquin's DP Session
El agujero de su culo no era propiedad de un solo hombre, sino de dos. El que estaba arriba no paraba de metérsela como un conejo, a todo trapo, alimentándose de los gemidos de dolor y placer de Joaquin Santana. El que se la metía por detrás, se abría paso hacia el interior lentamente, descerrajándole el agujero, haciendo de guía. Esos dos cabrones le estaban jodiendo, le estaban destrozando el ojal por completo.
Pudo ver sus miradas de complicidad. Ocurrió cuando Ethan Metz le puso encima de su cuerpo bocarriba, metiéndole su enorme polla sin condón. Tim Kruger, que estaba de rodillas frente a ellos, se lubricó el pollón y lo hizo resbalar por encima de la pija de Ethan. En un momento esos dos hombres se habían metido dentro de su cuerpo como un par de ladrones. Vio cómo se miraban entre ellos, se sonreían haciendo resbalar sus gigantescas pollas una sobre otra, viciosos, los muy cabronazos.
Los tios del club de más de 20 centímetros no acostumbraban a toparse con chavalitos delgados de culo prieto que resultaran ser unos fenómenos en la cama. A menudo tenían que currarse lo de meter cada centímetro, pero el culazo de Joaquin era flexible a tope. Pudieron comprobarlo al metérsela de uno en uno, cuando Joaquin se sostenía agarrando la mancuerna de uno mientras el otro le desvencijaba a pollazos hasta cascarse los huevos.
La culpa era suya por tener un ano tan flexible y juguetón. En cuanto vieron que una polla no le llenaba lo suficiente, jugaron a meterle dos. Al principio le dejaron sentarse encima de las dos butifarras juntas. Nada menos que cuarenta y séis centímetros de barra dura penetrándole a pelo. Acudieron a su carita para darle la leche. Morritos de calcio, comiéndose con los ojos esas buenas pollazas recién corridas sobre su boca, todavía enormes y duras, mojadas en lefa, cilimbreando sobre su jeta, haciéndole sentir un auténtico cerdo.
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