James Ash seduce a los chicos en el pasillo oscuro mostrándoles su culazo y su pene capuchón | The Male Muse

Illuminated

27 marzo, 2024

0 1.475

A James Ash no le hacía falta hacer nada especial para encandilar a los chicos nada más entrar en el pasillo oscuro. Su percha ya era motivo suficiente para que cualquier hombre quisiera cruzar la puerta con él y pasar un buen rato. Esa apariencia de chico tímido y universitario deportista volvía locos a los de su misma edad y mucho más a los más veteranos que estaban deseando que les insuflaran una buena dósis de juventus por el culo. De juventud y de leche.

Y a pesar de tenerlo todo sin tener que hacer nada, James, que podría ser muchas cosas pero una de ellas no era la de ser un creído ni chulo, seducía a los tios desde el rincón dándoles la espalda y bajándose la parte de atrás de los calzones. Un culazo grande, redondito, blanco y algo peludo, iluminado con una luz entre naranja y amarillo, desataba las pasiones de los más cerdos que miraban y se tocaban desde el otro lado, deseando probarlo.

Al principio era sólo la hucha, luego James se sacó los gayumbos por los pies y se quedó desnudo de cintura para abajo. Sin dejar de mirar hacia la pared, abrió un poco las piernas y entre ellas lo inevitable, la visión de una buena huevera colgando. En ese momento tenía a una decena de tios pelándosela por él, expectantes por saber qué más podría enseñarles, pero llegó el valiente de turno que se aproximó y se deleitó pasando la mano entre sus piernas, rozándole ese precioso culo, magreándole las pelotas y el rabo.

El pajeo de los que lo presenciaban se intensificó cuando James empezó a gemir al sentir esa mano explorando sus partes íntimas. James se dio la vuelta y mostró al mundo su polla encapuchada y venosa, algo morcillona por el contacto de la mano de otro hombre sobre ella. El valiente que tuvo el honor de posarle la mano encima, miró a los demás tios que se estaban masturbando y les dio lo que querían. Metió un dedo por el ojete de James y le hizo retorcerse de gusto, con la otra mano le blandió la polla y no paró de darle placer por delante y por detrás hasta que James y el resto de tios se dejaron la leche en el piso.