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Dom King se folla sin condón el tremendo culazo de futbolista de Malik Delgaty y lo remata dentro de los asientos traseros del coche | MEN

Dick At The Picnic

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Qué jodidamente difícil iba a ser esperar hasta el matrimonio. Malik Delgaty era el chico preferido de todas las tías y también de los tios. Cada vez que se miraba al espejo, hasta él mismo se follaría al ver a ese tiarrón apuesto, musculoso y con ese enorme pollón. Teniendo tanto donde elegir, a chicos y chicas que se abrirían de piernas con sólo decírselo, hasta a él le sorprendía que pudiera estar aguantando tanto la fidelidad a su pareja.

Había probado de todo para hacerla entender que necesitaba metérsela, que ya no podía aguantar más. Paseándose desnudo delante de sus narices, frotando su rabo erecto contra su culo, acompañando su mano hasta la polla para que le diera un buen masaje. Nada había funcionado, ni siquiera la tarde en que se la llevó de picnic y en la que parecía que todo por fin iba sobre ruedas, marcando su rabo por encima de los pantalones cortos de algodón, la sonrisa de ella, dispuesta a chupársela… y de repente aparecieron invotados inesperados.

Por supuesto había sido ella quien los había invitado al picnic, a Dom King y a su novia. A Malik se le bajó todo y se resignó como tantas otras veces a esperar llegar a casa y cascársela en el baño. O quizá no. La cesta donde iba la comida, tenía un agujero. Si se las apañaba bien, podría meter por él el rabo, la mano dentro de la cesta sin que nadie se diera cuenta y pajearse.

Entonces a Dom se le ocurrió tomar un temtempié, levantó la tapa de la cesta y se encontró con la sorpresa: el enorme pito de Malik completamente duro. Las chicas estaban a lo suyo. Dom las miró por si acaso, luego echó una mirada de complicidad a Malik, metió la mano, se la agarró fuerte y comenzó a masturbarle. Qué buena mano tenía el cabrón para zurcir pollas.

Cuando las chicas se fueron a jugar al frisbee, Dom las dio la espalda, se inclinó y metió la cabeza en la cesta para chupársela. Malik gimió de gusto al ver esa boca atrapando su gordísima polla, que casi no le cabía dentro, se estiró todo lo largo que era sobre el césped y disfrutó de la mamada. Cerró la tapa de la cesta sobre la cabeza de Dom obligándolo a tragar cada vez más trozo de rabo, escuchando los sonidos guturale sque soltaba al hacerlo.

El frisbee fue a parar cerca de ellos. Si querían continuar con ese juego entre tios, iban a tener que encontrar un lugar más seguro a salvo de miradas y eventualidades inesperadas. A Malik se le ocurrió decirle a su chica que iban al coche a por unos pertrechos y a por las mantas. Allí Dom empujó a Malik contra la puerta del copiloto, se agachó, retiró la cesta, alucinó con el tamaño de esa pija tan larga y grande, se quitaron la ropa con prisas para aprovechar el tiempo y se dedicó a mamársela bien mamada.

Joder, cómo le daba a la mano y a la boca, una mano grande y fuerte pero incapaz de cubrir por completo su enorme pene erecto, una boca que gozaba de un apetito insaciable. Agarró la cara de Dom poniendo una mano bajo su mandíbula, la otra sobre su cabeza y le folló la boquita penetrándolo hasta la garganta. El tio se volvió loco, le levantó la polla y le empezó a sobar los huevazos con la lengua y los labios.

En apenas un rato le había dejado el rabo y los cojones pringados de saliva. Dom tenía para dar y tomar. Cuando le hizo darse la vuelta y ponerse mirando hacia el coche como si un poli fuera a cachearle, Malik no pudo negarse. Antes de que pudiera hacer el intento siquiera, Dom ya estaba disfrutando de su perfecto culazo de futbolista, blanco, redondito, con una raja profunda, colando los morros dentro y hurgando el ojete con su lengua.

Al sentirla húmeda, calentita, invadiendo su espacio personal, ese que Malik apenas había dejado traspasar a un tio en toda su vida, un gustazo tremendo le recorrió todo el cuerpo. Qué comilona. La lengua fue sólo el comienzo, porque ese cabrón llegó a meterle todo, repasando contra su agujero la nariz, la frente, los pelos, toda la cara entera. Dom abrió la puerta trasera, metió el tronco superior de Malik dentro del coche y cuando Malik pensó que iba a seguir comiéndole el culo, sintió una polla dura y tiesa penetrándole a pelo.

Era el segundo hombre al que dejaba hacer aquello y por algún motivo sentía que era algo que le estaba gustando más de la cuenta. De nuevo ese dolor al tener algo grande y duro metiéndosele por el orificio, pero que a medida que iba entrando super apretado, le daba cada vez más gustito. Dom se la metió lenta pero segura, hasta que entró algo más holgada y pudo follárselo dándole por detrás.

Cómo podía haber sucedido aquello. Había ido de picnic con la intención de que su chica al menos le acariciara el rabo y ahora estaba con medio cuerpo dentro del coche, regalando su culo a un tio al que acababa de conocer hacía cinco minutos. Malik sabía que tebía un culito bien rico y apañado, que cuando se paseaba desnudo por los vestuarios, a más de uno se le levantaba. Dom era sólo uno de los cientos de miles de tios a los que les gustaría hacerle eso, meterle una buena follada.

Se puso bocarriba sobre los asientos traseros y se abrió de piernas. El agujero de su culo, aunque penetrado ya por dos tios diferentes, seguía siendo territorio inexplorado con mucho por descubrir, pues lo tenía tan apretado que en cuanto recibía un cuarto de rabo, se resistía a seguir dejando pasar más trozo. Dom consiguió abrirle el ojete un poco más. Fue gracias al solecito de la tarde entrando por la luna trasera, el morbo de hacerlo en el coche, el musculado torso de Dom, lo bien que acompañaba la follada agarrándole la polla y masturbándole a la vez. Casi medio rabo que le metió dentro.

Dom se metió dentro del coche con él, se sentó y Malik hizo lo mismo sobre sus piernas, clavándose su larga polla, saltando sobre ella, obligándose a tragar más. Los dos bien juntitos, sus torsos fornidos rozándose. Dom estiró los brazos, le agarró las nalgas y se las cacheó. Le atrajo contra él para sentir cómo la erección de Malik quedaba bien apretada entre sus dos cuerpos.

Durante esa cabalgada, se miraron a los ojos fijamente durante varios segundos, deseándose el uno al otro. No se conocían de nada y sin embargo se gustaban tanto. Salieron del coche, Dom se tumbó sobre le césped y Malik siguió saltando sobre sus piernas con la larga polla clavada en el interior de su culo, mientras la suya hacía aspavientos, tan grande que daba unos buenos mazazos en los muslos y los cojones de Dom al caer.

Ese tremendo culazo pajeándole la polla en carne viva. Dom no aguantó más, estaba a punto de correrse. Dio una palmada a Malik en la espalda para que se retirara, Dom le empujó haciendo que Malik cayera a cuatro patas al césped, se la machacó y se corrió sobre su culo y su espalda. Malik se puso de pie y se acercó pajeándose hacia la cara de Dom. Se corrió encima de él. Un lechazo blanco y pegajoso colgando de su barbilla, resistiéndose a caer, lefa fuerte y con garra. Leche condensada dentro de esa boquita abierta. Dom recogió la leche depositada en sus morros y se relamió. El coche les sirvió de parapeto para volver a vestirse y regresar con las chicas como si nada hubiera pasado. La chica de Dom se acercó a darle un beso. Mejor que no lo hiciera o descubriría que llevaba encima todavía los restos de jugo de macho.

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