John Lennox se divierte a solas machacándose el rabo | Bel Ami Online
El querubín sabe cómo ponérmela bien dura. Nada más entrar por la puerta me encuentro a John Lennox desnudo, bocabajo en el sofá. No se hace el dormido, realmente está dormido y entonces se me ocurren diabluras. Nada me satisface más que la posibilidad de despertarle mientras le meto la polla a pelo por ese culazo que tiene, que abra los ojos y me encuentre encima de él haciéndole el amor.
Mi fantasía se ve interrumpida por hacer demasiado ruido cuando me acerco a él. John gira la cabeza y me mira. Me mira a los ojos y luego al bulto que me estoy tocando en el frontal de los pantalones. John eleva una piernecita y me sonríe. Me enseña su huevera, los pelitos de la raja de su culo, luego se da la vuelta y me muestra su larga y fina polla toda tiesa.
Parece que me está retando. Sería la primera vez que él me la metiera. La idea me tienta, pero no será así, no al menos ese día. Adoro su carita guapa, sus ojazos azules, los pequeños hoyuelos que se le dibujan a cada lado de la boca. Acerco mi mano a ellos y los acaricio. Le meto el dedo gordo por la boca y siento el calor de su chupada.
Te voy a hacer feliz, mi tierno ricitos de oro. Quiero follarte mientras me miras con deseo, quiero metértela hasta que esos pelitos rizados que te tapan ligeramente las orejas, empiecen a sudar. Yo encima de ti, sintiendo cómo el calor de tu dura polla me acaricia el torso y con el vientre te empujo todos los huevos. Quiero llenarte de rabo, camelarte sin condón y justo cuando me entre el gustillo, a punto de correrme, pajearme sobre tu cara y ver cómo me miran esos lindos ojos mientras te lleno de semen.