Una orden sagrada les fue dada en sus más profundos sueños. Nico Nova, Ray Dexter y Tomik 9.5 despertaron a la vez con un claro mensaje que no se les iba de la cabeza: «Id al bosque completamente desnudos y tomad por derecho lo que es vuestro«. Los tres compañeros de piso se miraron durante el desayuno y, cuando uno de ellos finalmente abrió la boca para contar lo que le había ocurrido, los demás no podían creerlo, así que decidieron hacer caso a esa orden sagrada e internarse en el bosque en pelotas.
Allí encontraron a Drew Dixon, tumbado sobre la hierba, retozando sobre lo verde, fundiéndose con la naturaleza, abriéndose de piernas, mostrando descaradamente a los chicos la raja de su estupendo culito redondo. Enseguida las vergas se les enderezaron al unísono, más sabiendo que ese hombre que había allí, según les había dicho la voz, era para ellos. Y podían tomarlo.
Lo levantaron y lo pusieron entre los tres, bien apretado entre ellos, cerrando el círculo, frotando rabos sobre muslos, rabos sobre rabos, rabos sobre nalgas. Tomaron con sus manos las gotas del rocío de la mañana que aún bañaba las briznas de césped y lo ungieron mojándole todo el cuerpo de arriba a abajo. Drew se dejó querer, sabiendo que iba a ser tomado por esos tres hombres a la vez. Se interesó por Nico el guaperas y su atractiva cara, por la inocencia atrevida de Ray y sintió hasta en el alma el roce de la enorme y gigantesca pollaza de Tomik retozando entre su muslo y su cachete.
Se tumbó de nuevo sobre la hierba y dejó que los chicos tocaran su cuerpo, que jugaran con su rabo dejándoselo bien duro. Unos a otro se iban pasando el pene, masajeándolo entre sus manos como si fuera un perrito caliente a punto de meterlo en el bocadillo. El guaperas tomó posición delante de él, le abrió las piernas, le metió la polla sin condón por el agujero y empezó a follárselo contoneando las caderas, lentamente.
Tomik se arrodilló al lado de su cabeza y posó el enorme rabo sobre su boca, una barra de chocolate dura, larga, gorda y caliente, encapuchada, deliciosa, que se le deshizo de placer entre los labios. Nico le apretó más fuerte con las manos en los muslos, se inclinó y le penetró hasta el fondo mientras Tomik hacía lo mismo con su boca. Nico salió de su interior, le dio la vuelta, lo dejó a cuatro patas agarrándole la cara y obligándole a mirarle a los ojos, advirtiéndole de que el negrazo pollón se la iba a meter.
La sintió enorme y castiza y le nació de la boca un gemido como no había pronunciado antes. Por eso estaba ahí Nico, como si supiera lo que se sentía cuando te metían una así por el culo, para abrazarle y calmar un dolor que pronto se convirtió en gusto. Tomik se hizo dueño del agujero. Se inclinó hacia adelante, le protegió el culo entre los muslos y se desvivió en una batida perforando su ano.
El más jovencito, Ray, no se quedó sin su parte del postre. Le dejaron penetrar el tercero. Tenía un buen miembro colgando, grueso como él solo. Tomik se puso de pie y puso a Drew a comer rabo. Se lo metió lentamente dentro de la boca. Era grande y ancho. Se la rellenaba enterita. Ese tiarrón tenía además una buena pelambrera en la base del nabo. Drew tragó tanto que llegó a sentir la caricia de los gruesos pelazos negros de su polla rozando los pelos de su bigote e introduciéndose por sus fosas nasales.
Nico parecía estar atento en todo momento a los movimientos de esos dos. Cuando no abría el culo de Drew para que la polla de Ray entrara mejor, cogía la cabecita de Drew entre sus manos y le relamía los labios para que el pene de Tomik le resbalara mejor por la boca, le cogía de la cabeza con fuerza y la impulsaba hacia adelante y atrás obligándole a tragarse esa gigantesca polla.
Los tres le metieron el pene por la boca y por el ano, disfrutando y tomando eso que la naturaleza les había otorgado por derecho propio. Tomik le dio por culo y le preñó por dentro. Dejaron a Drew desnudo sobre el suelo, con el cuerpo cubierto de briznas de hierba, el ojete bien abierto y follado y se colocaron en círculo alrededor de él pajeándose. El guaperas de Nico, descubriendo el sudor de su frente, fue el primero en soltar la leche que salió disparada. Perdigonazos por todas partes.
Ray fue el siguiente en soltar un buen pepinazo de lefa amasando su gordísima polla. El culo y la espalda de Drew gozaban con esa ducha. Nico todavía tenía el rabo durísimo. Puso a Drew bocarriba y se lo volvió a follar a pelo, dejando a Drew la ocasión perfecta para hacerse la paja definitiva. Le regaló su corrida, enseñándosela entera mientras él no dejaba de empotrarle con fuerza, tanto que le empujaba los huevos y la polla corrida rebotaba expulando más y más leche. Lo levantaron, satisfechos y relajados. Se fundieron en un abrazo, completamente desnudos, sintiendo de nuevo el roce de sus cuerpos, de sus agraciados atributos.
