Ni los enormes plátanos que había detrás de él en el frutero de la mesa podían compararse al tamaño de la verga que Niko Demon se gastaba entre las piernas. El cabrón se levantaba siempre preparado para el primer asalto y sabía cómo llamar la atención de Ixma Wild para ponerle bien cachondo, agarrándose el rabo por encima de las bermudas, marcándolo bien por encima de la tela y zarandeándoselo.
Eso de que la punta sobresaliera por el forro del bolsillo le volvía loquito. Si esa era su forma de cazar, lo había conseguido, el ratón había caído en la trampa dispuesto a comerse todo el quesito. Se agachó y empezó a comerle la polla por encima del forro, hasta que Niko se bajó las bermudas y dejó salir todo su gigantesco palote, que se quedó meciéndose de lado a lado, impresionante.
Ixma lo cazó por la base y lo ladeó para metérselo dentro de la boca, mamando ávidamente con sus labios, tragando polla, aprovechando que ahora estaba un poco blandita, no mucho, pero le capacitaba para tragársela hasta el fondo. El pito se endureció dentro de su boca y fue ese el momento que eligió Niko para agarrarle con la sdos manos por detrás del cogote y aprovecharse de él, metiéndole una follada, colándole la polla por la garganta, sacándole unas arcadas viciosas que le dejaron lágrimas en los ojos.
Al sacarla ahí estaba el pedazo de pollón, grandioso y duro como una roca, apenas cilimbreando un poquito al viento de los firme que estaba, empapado en saliva. Niko se inclinó para escupirle en la boca, para humedecer sus labios, luego se irguió, se cogió el rabo y lo llevó a esa boquita mamona para que se la siguiera cascando con esos buenos labios.
Qué bonito que era. Niko no dejaba de mirar su carita deseando darle mucho amor. Ese bigotito tan cerca de los pelitos de la base de su polla. Vio cómo intentaba metérsela hasta el fondo. Le ayudo, poquito a poco. Volvió a agarrarle por detrás de la cabeza con las dos manos y pollazo a pollazo se la fue colando por la garganta cada vez un poquito más. Un intento de arcada controlado, otro más. Poco a poco se iba accostumbrando y Niko terminó metiendo la estocada final. Empujó con las caderas y le metió el miembro hasta los huevos.
Ixma salió a tomar aire. Niko sintió su aliento sobre el cipote mojado y duro. El tio no se cansaba de comer rabo, era inagotable. Mientras lo hacía, Niko le quitó los calzones y se dedicó a hacer carantoñas a su culito. Lo tenía redondo, suave y con un agujero de color rosáceo que Niko estaba deseando llevar al rojo. Lo tenía bien cachondo y caliente y ya sólo hacía falta meterle lubricante para joderlo con la polla.
Se puso sobre la cama abierto de piernas, escupió justo en el hueco varias veces y aprovechó el excedente de babas para mojar los alrededores y que todo estuviera bien preparado para la llegada. Después de darle unos azotes en la raja y pasear su enorme y caliente rabo por ella, excitándole y haciendo que su agujero se abriera al amor, se la hundió a pelo y empezó a trincárselo sin condón.
Su miembro se ajustó a las paredes de su culo como un guante. Le daba un gusto tremendo y, a juzgar por los gemiditos y la expresión del rostro de Ixma, él también estaba disfrutando de lo lindo de su estaca. El alma de dominador de Niko no tardó en dejarse ver. Se puso de pie en la cama, protegiendo el culazo de Ixma entre sus muslos, se inlinó encima de su espalda y le folló colándole toda la barrena por el agujero a la vez que nutría sus dedos, dentor de la boca de Ixma, con el aliento y los gemidos que le dejaba encima.
Se tumbó encima de él, le abrazó y le hizo el amor. Lo que más le gustó fue e,poderar sus caderas, clavársela hasta el fondo y escuchar ese gemido, ese grito cargado de vicio que salió por la boca del chaval. Niko se dio la vuelta y se quedó tumbado bocarriba en la cama. Su miembro, enorme, gigantesco, ahora más gordo, surcado de venas, a punto de explotar de gusto, no pasó desapercibidó para Ixma, que bajó por su cuerpo para chupársela antes de zambullirla dentro de su culo de nuevo, esta vez cabalgando encima.
Niko se puso a cuerpo de rey y se dejó manejar un ratito. Ese guaperas se la estaba pajeando de lujo con ese culazo que tenía. Ixma se dio la vuelta y siguió cabalgando sobre su miembro, ensartándose una y otra vez en esos veintidós centímetros de poderosa verga. El pito de Ixma, morcillón, no paraba de dar bandazos entre sus piernas mientras lo hacía.
Igual que se lo había follado antes por detrás, ahora lo hizo de frente. Niko puso las piernas de Ixma bien juntitas y apretadas, dos buenos jamones, con las rodillas hacia su pecho para que el agujero quedara bien abierto. Se puso encima de él y empezó a hacer flexiones con las caderas, insertándole todo el rabo en cada intento. Lo sacaba y lo metía enterito. Eso a veces provocaba que la polla se saliera y metiera un buen repaso a los huevos de Ixma, pero hasta esa locura formaba parte del juego. Niko la tenía tan dura que no tenía ni que agarrársela para reconducirla, porque al siguiente caderazo que metía, ya se la estaba colando por el hueco.
Ixma volvió a la carga, saltando y cabalgando sobre la enorme picha de ese potro. Le excitaba la idea de correrse sobre el atlético torso de Niko, con los abdominales bien marcados. Se la pajeó y se dejó toda la leche ahí encima. Niko tenía clarísimo dónde quería correrse, en su carita guapa. Quería decorar ese bigote y esa barbita con su semen. Se la cascó encima de su jeta y apuntó hacia su boca. Justo cuando le metió la primera ración de lefa, Ixma cerró la boca y se llevó la leche en toda la barbilla.
Por suerte Niko tenía raciones de sobra y cuando Ixma volvió a abrirla, una buena descarga de lefa le inundó la boca. Niko estaba cachondísimo y quería que Ixma se tragara su leche. Le metió la polla dentro, le agarró la cabeza y se la hundió hasta el fondo. Le estaba inyectando su esperma por la garganta, sin dejarle más remedio que tragar. Ixma abrió la boca y sacó la lengua como un buen comensal, demostrando que se lo había comido todo. Tenía los morretes sucios, mojados, llenos de semen.