Pablo Bravo desvirga sin condón al chavalito venezolano Luis Miguel | Bravo Fucker
Que un tio decida que eres tú el que va a penetrar su agujero por primera vez, conlleva una gran responsabilidad pero a la vez otorga un gran placer. De ti depende en gran medida que ese chaval siga probando rabos el resto de su vida convirtiendo la follada en un reto personal en el que poner tanta intención como cuidado.
Teniendo a Pablo Bravo delante, menudo maestro, como para no querer que te la meta hasta los huevos. Masculino, fuerte, guapo y con un arte en la cama que supera todas las espectativas, el jovencito venezolano Luis Miguel va a desvirgarse delante de las cámaras y encima con uno de sus actores favoritos. Qué más se puede pedir, el sueño de todo chaval.
Pablo se pone de pie sobre la cama para no perder tiempo, se baja los vaqueros y la tela de los calzones ya tiene una buena tienda de campaña montada. Se saca la porra bien calentita y da unos breves toques con ella en los pectorales de Luismi para que sienta su fortaleza y su calor.
Parece que la comida que tiene delante le gusta al chaval, porque enseguida se la lleva a la boca y aguanta un poco de presión cuando Pablo le agarra la cabeza por detrás y le obliga a tragar un poco más de la cuenta. Follar con un tio será su primera vez, pero aficionado a mamar rabos no es, eso seguro. Sólo hay que ver la forma en la que succiona la huevera.
Pablo se prepara el menú de degustación para principiantes. Ya tiene a Luismi tumbado boca abajo, con las piernas ligeramente abiertas entre las que se le ven los cojones. Con las manazas le agarra cada cachete del culo y lo magrea para ver cómo se mueve. Se muerde los labios mirándole el ojete. Un ojete virgen preparado para que él lo mancille con su sagrado pollón. Demasiado irresistible.
Se lo prepara bien para que cueste menos meterla y le hace la triple comida de lujo: raja del culo, huevos y polla. Todo queda a tiro de boca. Le planta la mitad de la polla dentro del culo. Mira los gestos de Luismi y espera a que deje de sentir esa mezcla entre dolor y gusto para seguir metiéndole le resto de centímetros que le quedan por delante.
Aunque sea un principiante, no piensa tener ni pizca de consideración. En cuanto nota que el agujero cede al paso de su rabo, se lo folla como un semental dándole de pollazos, culeando con el pandero del chaval entre sus muslos. Después de darle bien por detrás, le mete traca frente a frente, dejándole sentir la respiración agitada. Tranquilo chavalín, que rabo no te va a faltar nunca.
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