Quién no tiene en el trabajo a un compañero que se toma todo demasiado en serio. ¿Que el BMW del señor millonario no está preparado? Pues que se joda y espere. Gabriel Lunna anda preocupado porque no han reparado el automóvil a tiempo, por suerte ya está su antítesis, su compi Diego Reyes para hacerle ver que no va a pasar nada porque un coche no esté arreglado a su hora.
Faltan algunas piezas para terminar, pero está lloviendo a cántaros fuera. No está el jefe, está llegando la hora de cerrar y están los dos solos entre coches, herramientas y olor a gasolina. Ese olor le encanta a Diego, podría esnifarlo el puto día entero, pero ahora lo que le apetece es esnifar y comerle el rabo a su colega de curro. Se pone de rodillas, le saca la chorra por la bragueta del pantalón de traje y a comer se ha dicho.
Avance «Reckless»
La forma en la que Diego le relame el tronco de las pelotas al capullo mientras le mira a los ojos desde abajo, Gabriel se la devuelve con una contundente mamada a cabezazo limpio. La tiene tan gorda que se atraganta y no llega a metérsela entera dentro de la boca.
En este jueguecito entre mecánicos, el que tiene la herramienta más grande y gorda gana el derecho y en eso Diego sale vencedor. Tumba boca arriba a Gabriel sobre unos neumáticos sucios y desgastados que van para el desguace y le da de pollazos hasta dejarse el alma. Gabriel sigue vestido de cintura para arriba como un galán, pero Diego del sudor y el esfuerzo va perdiendo una a una las prendas de ropa que le cubren el cuerpo y acaba como un empotrador dando por culo a pecho descubierto.