[Fucker Mate] Mario Dura Domenech le dora toda la pija a Hugo Arenas al sol en «Hot Sunbath»

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Hay cierto tipo de fumadores que son los de las fiestas, los que sólo fuman en bodas, bautizos, comuniones y celebraciones varias aprovechando el momento. Mario Dura Domenech seguramente sea de los de echar un pitillo en estas fiestas desde que comenzó su etapa adolescente, pero seguro que mientras se fumaba el cigarro a la vez contemplaba el percal, imaginando por la constitución del cuerpo de los chicos y por el tamaño de sus manos quién tendría un buen puro detrás de la bragueta, porque eso es lo que él quería, un buen puro, no un cigarrito que le dejase a medias.

Naranja y lima, deliciosas frutas perfectas para disfrutar en el veranito, como el color de los bañadores de Mario y Hugo Arenas, que ceden tela bajo la presión de sus enormes pollas empujando hacia arriba, casi saliéndose por las gomas y creando un hueco a cada lado de las caderas por el que se vislumbran unos apetecibles rabos y huevos moldeados por el calor, por los besos y las caricias en los pezones. Cuando le tiene en bandeja tumbado en la hamaca observando una buena barra libre, Mario comprende que por fin ha llegado su momento, que al fin se va a fumar ese deseado puro cubano como Dios manda, gordo, largo, duro, interminable, con mucha mecha para incendiar su culo y hacerle piña colada por atrás.

Le lame los huevos como un perrito, dos pelotas perfectamente marcadas bajo la bolsa de los cojones, mientras no para de sostener con la mano el palo en alto dándole una ligera descapullada y antes de atreverse a meterle una buena tunda de cabezazos. Cada vez que se la saca de la boca para contemplar su saliva brillante empapando el rabo, Hugo le transmite un mensaje sin palabras que lo dice todo, poniendo en marcha los músculos del culete para mover su polla sin necesidad de manos y alzarla hacia arriba varias veces en dirección a la boca de su comensal. Si esa polla pide guerra, quién es él para negarse.

Hugo se pone bien caliente y no para de retozar mientras le bombea esa cabecita guapa. Ladea el cuerpo y estira la cabeza hacia un lado en su intento por ver cómo se la come, encoge las piernas de gusto cada vez que siente cómo se la acopla en la garganta y termina levantándolo para devolverle el favor recogiendo con la boca el rabo de Mario que el muy cabrón con la rapidez del movimiento, se menea de lado a lado hasta que Hugo lo acoge entre sus morros para pegarle una buena fumada.

Las virtudes de esos labios gruesos no son pocas, no sólo sirven para hacerle un buen trabajo en la polla y eso Mario lo sabe muy bien, así que enseguida se da la vuelta sobre sí mismo abandonando su culo a ese macho, esperando lo que sabe que va a suceder, que le haga el vacío en el ojete con esos morritos gruesos y sabios. Y vaya que si se lo hace, introduciendo la lengua dura por el orificio y posando los labios alrededor de su agujero de entrada más especial.

Cuando Mario vuelve a echar la vista atrás no puede evitar lanzarse otra vez con la cabeza directa a su polla, mucho más grande que antes si eso ya es posible. Algo tan grande entre las piernas de un tio no puede ser real, un pollón gigantesco, tan voluminoso y grueso que ni con la mano puede abarcarlo entero en su circunferencia y encima completamente duro empinado hacia arriba, la herramienta perfecta para desvirgar culos a tutiplén.

Mario se la dora al sol todo lo que puede hasta saciarse y después le pone el culo. Esperaba el sonido de unos pasos encaminándose a los pantalones, el ruido de una rasgada sacando el condón, pero no, en cuanto se da la vuelta tiene ya el puro cubano con el cipote plantado en su ojete y colándose por él, entrando en carne viva y perforándole todo el culo a pelo. A Mario le encanta sentirlo por detrás, debería haber probado más puros y no tanto cigarro. Ahora se arrepiente pero piensa aprovechar ese que tiene a mano todo lo que pueda. Encajada completamente entre los cachetes de su trasero, la polla le entra de lujo con ayuda de saliva y el lubricante natural de la piel en verano.

Hugo se tumba en la hamaca y le invita a sentarse encima de su rabo. Mario encantado se la empala y le mete una buena paja saltando una y otra vez con fuerza y sin miedo hasta estampar los globazos de su culo contra las caderas y sin parar de soltar guarradas por la boca que animan a su follador a trabajárselo con más empeño. Hugo le hace una petición muy especial a la que Mario accede complaciente y con la que los dos sintonizan de puta madre, una paja con el culo cocinada a fuego lento. Mario abandona los movimientos rápidos y cumple sus fantasías, desliza la polla de Hugo por su ojete hasta tenerla casi entera fuera tan sólo atrapada por el capullo y baja el trasero lentito y suave pajeando cada centímetro de los más de veinte de esa pedazo polla hasta tocar el tope. Los dos se miran y sonríen a sabiendas de que están haciendo una pedazo guarrada inolvidable.

Pivotando sobre el pollón grandote y sin sacárselo ni un solo segundo, Mario da media vuelta y se queda en volandas sobre los muslos de Hugo, que aplica la fuerza suficiente con piernas y caderas para lanzarlo hacia arriba, dejando que la fuerza de la gravedad haga el resto, trabajándose la follada. Mario está que lo flipa, con el rabo curvadito todo duro meciéndose al viento mientras se lo refolla al sol. Empapado en sudor quiere sentir a ese macho sobre su cuerpo, quiere notar la respiración y todo su peso caer sobre él. Se pone en la tumbona boca abajo y abre las piernas. Hugo le amasa su impresionante culo con las manos y enseguida le casca toda la polla dentro, provocando en Mario una sensación simplemente alucinante que ya se encarga él de expresar con palabras.

Preciosa la rajita de culo con un buen par de flanes, penetrada por una buena polla. Hugo también sabe pivotar sobre su trasero y le hace una buena piña colada por detrás como él quería, puro cubano sin revestimientos de plastiquitos ni hostias, como en sus mejores sueños, meciéndole el culo sin descanso. Aprovechando que tiene la polla dentro, Mario se abandona al placer de una paja, se la casca con la mano y cuando siente el calorcito inundarle el cuerpo y nota que el semen le empieza a subir por el rabo, deja quieta la mano y por la rajita de su polla empieza a rezumar una ingente y sabrosa cantidad de leche espesita que se va deslizando pegajosa como miel cayendo sobre sus abdominales.

Hugo se lo sigue follando y cada vez que baja con el rabo hasta el fondo, sin querer se lleva consigo sobre el torso la pegajosa miel que ha quedado sobre la piel de los huevos y el rabo de Mario. Ni hubo ruidito de condón rasgado, ni por lo visto el tio tienen intención de sacársela del culo hasta vaciarse las pelotas. Cuando Mario ve por sus gemidos y sus gestos que está a punto de correrse, espera que se la saque y le embadurne el cuerpo con buena lefa, pero el tio cabrón sigue encasquetándole toda la polla dentro del ojete y cuando llegan esos gemidos todavía está dentro. Mario siente cómo ese macho cubano le descarga el puro dentro con toda la leche inundándole el interior del culo. Hugo se la saca lentamente, haciéndola resbalar por su propio semen y se queda embobado mirando cómo toda su leche sale por ese ojete maravilloso

>> HUGO ARENAS BAREBACK MARIO DURA DOMENECH IN «HOT SUN BATH» AT FUCKERMATE.COM

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